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Qué es un masaje prostático y cómo hacerlo

El simple acto de dar un masaje a la otra persona suele ir cargado de placer y sensualidad, más aún si se realiza en la intimidad de nuestra habitación con nuestra pareja, es definitivamente placentero si este masaje se efectúa sobre alguna de las muchas partes erógenas que tiene nuestro cuerpo.

El masaje erótico gay

Existen un buen número de masajes eróticos a los que podemos recurrir para pasarlo bien con nuestra pareja o de manos de un profesional cualificado (a cuatro manos, tántrico, Nuru, el masaje Lingammasaje Yoni…). Uno de los más conocidos y demandados en los locales de masaje gay es el masaje prostático, un tipo de masaje para hombres que puede realizarlo un masajista gay profesional o por y para nuestra pareja si aprendemos a realizarlo con soltura.

Si aprendemos a realizar bien un masaje en la próstata, el lugar hacia dónde va enfocado este tipo de masaje, conseguiremos que nuestra pareja consiga orgasmos mucho más intensos, convirtiéndose en un gran aliado en el terreno sexual, un juego más que añadir para que nuestros momentos íntimos de placer sean realmente inolvidables, o simplemente para pasar un buen rato en manos de un masajista masculino profesional.

Debemos saber que la próstata es la glándula que tiene como función la de ayudar en la producción del semen y que forma parte, por tanto, del sistema reproductivo del hombre. Si se estimula a través de un masaje prostático adecuado, puede llegar a producir un orgasmo muy intenso y después la eyaculación.

Beneficios del masaje prostático

Antes de explicar cómo se realiza este masaje, merece la pena resaltar los beneficios que proporciona al organismo masculino su uso de forma puntual, pues no solo podemos recibir un intenso placer cuando se estimula esta glándula, también tiene efectos muy positivos en otras áreas de nuestra salud.

Al practicar este masaje estamos facilitando la liberación de líquido prostático que se acumula en la próstata, previniendo de este modo los posibles síntomas de inflamación de esta glándula. Así mismo, mejora notablemente su buen funcionamiento, reduciendo el malestar si se llega a inflamar y las posibilidades de contraer cáncer de próstata.

Por otro lado, es un tratamiento eficaz para evitar la acumulación de cálculos renales, puesto que esta estimulación favorece que podamos orinar mejor, también ayuda a la generación de esperma, y a aumentar su movilidad, aumentando la fertilidad, y es que como sabemos los niveles generales en la población son tendentes a la bajada de la calidad de este por elementos externos, como la contaminación y el modo de vida sedentario, o internos, por la mala alimentación o problemas genéticos.

Por último, mejora el orgasmo en los hombres, no solo puntualmente durante el masaje, sino a largo plazo, aumentando el tiempo de una erección y hasta el momento que alcanza su punto máximo.

Cómo se hace un masaje de próstata sensual

Como cabe suponer, un masaje prostático se parece bastante al tacto rectal que efectúan los médicos para valorar el estado de la próstata, pero con predisposición al placer, en un ambiente de intimidad y contacto carnal, con lo que las diferencias son abismales. En contextos médicos, los varones no suelen disfrutar o experimentar orgasmos en un tacto rectal, por mucho que se parezcan los procedimientos.

Si estimulamos la próstata dentro de un ambiente erótico y sensual (como debe hacerse), hay que hacerlo con cuidado, lentamente y estimulando al mismo tiempo diferentes zonas erógenas antes de alcanzar la próstata (acariciando el pene, los testículos, el perineo, etc.), con el propósito de relajarlo y excitarlo.

Estimular el punto G del hombre

Para alcanzar el punto G (o punto P de próstata), ya que hay una gran similitud en este sentido con la mujer y que, según los expertos, para ambos, hombre y mujer, se encuentra en esta zona erógena, nos deberemos colocar acostados boca abajo y con las piernas flexionadas para favorecer el acceso a la piel alrededor del ano y a su estimulación.

Con el masaje de esta parte de nuestro cuerpo tan sensible, tanto por el interior (más recomendable) como por el exterior, se puede llegar a tener un orgasmo sin tocar el pene o la vagina.

Los pasos a seguir para una relación sana y natural comienzan con el vaciado de la vejiga y los intestinos, el cuidado de las manos con un corte de uñas y su limpieza, el uso de lubricantes, dándose un baño o ducha con agua caliente, relajando los músculos de la región pélvica, acostándonos en una posición cómoda (boca abajo con las rodillas dobladas o de lado sobre las rodillas), para finalmente masajear el ano, introducir el dedo en el interior del canal anal, masajear la glándula prostática con movimientos suaves (de 10 a 15 minutos) y disfrutar de la sensación. El líquido de la próstata no tardará en liberarse y drenarse a través del pene.

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